Statement

Mi práctica artística es una exploración de la línea como un lenguaje en sí mismo, un medio vivo que no se limita a la representación, sino que respira, se despliega y se transforma en el acto de dibujar. Cada trazo es un gesto intuitivo, una huella que registra estados internos y construye ritmos, texturas y tramas en constante evolución. No sigo un plan previo; me dejo guiar por la improvisación, por el movimiento espontáneo de la línea y su capacidad de generar mundos en expansión.

Dibujar para mí es un acto de entrega. La línea se extiende, se fragmenta y se entrelaza, creando estructuras dinámicas donde lo visible y lo intangible conviven. Es en este flujo donde el dibujo se convierte en una escritura gestual, en un espacio de descubrimiento donde cada trazo abre nuevas posibilidades. Me interesa la relación entre el tiempo y el trazo, cómo cada línea contiene la memoria de su propio movimiento, dejando rastros que son tan efímeros como esenciales.

La influencia de artistas como Mirtha Dermisache, León Ferrari y Eduardo Stupía ha sido fundamental en mi camino. Ellos han expandido los límites del dibujo y la escritura, mostrándome que lo importante no es la imagen final, sino el proceso: la búsqueda, el ritmo, la vibración del trazo.

Con cada dibujo sigo explorando, buscando un lenguaje que no se limite a la técnica ni a una estructura fija, sino que sea una escritura libre, que se construya y se deshaga al mismo tiempo. En este proceso, la línea se convierte en una extensión de mí misma, una forma de estar presente, de expresar lo que no tiene palabras, pero que espera ser dicho